UPTA y la Asociación de Veterinarios Clínicos recuerdan que el IVA cultural no fue el único tipo reducido que se eliminó en la pasada reforma del impuesto

UPTA y la Asociación de Veterinarios Clínicos recuerdan que el IVA cultural no fue el único tipo reducido que se eliminó en la pasada reforma del impuesto

Desde comienzos de septiembre del año 2012 el sector de clínicas veterinarias viene sufriendo el impacto de la subida del IVA para los servicios de sanidad animal. Un IVA que pasó del tipo reducido del 8% al general del 21%. Esto ha traído como consecuencia la reducción de ventas de servicios del sector y, lo que es más preocupante, un empeoramiento en la evolución de la sanidad animal en nuestro país, que hasta entonces había tenido un desarrollo positivo. Pero la inevitable subida de los precios de los servicios veterinarios ha retraído a los propietarios de animales domésticos a mantener la atención sanitaria imprescindible.

Ante las recientes manifestaciones de responsables del Gobierno sobre la posibilidad de modificar en un próximo futuro el tratamiento del tipo del IVA para determinadas actividades culturales, La Asociación de Veterinarios Clínicos de España (AEVET) y la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) quieren recordar al Gobierno y a la opinión pública que no fue sólo el IVA cultural el que conoció un fuerte incremento en el verano de 2012. Actividades como los servicios sanitarios y otras ejercidas habitualmente por trabajadores autónomos, como es el caso de la peluquería, también sufrieron el mismo incremento en el tipo de IVA aplicado a sus servicios.

Por esta razón, UPTA y AEVET seguirán defendiendo ante los diversos estamentos políticos la necesidad de recuperar un tipo de IVA reducido que permita mejorar la oferta de servicios sanitarios y en consecuencia asegure la sanidad animal general. Un elemento importante no sólo por razones  de sanidad pública, sino también por el apoyo que los animales de compañía ofrecen a colectivos tan importantes como el de las personas mayores o las personas con discapacidad, como es el caso de los invidentes.

UPTA