La planificación de las vacaciones de los trabajadores no es una cuestión baladí, pudiendo ocasionar fricciones entre las directivas y los trabajadores, incluso entre los propios trabajadores, si estos tienen que ponerse de acuerdo para no coincidir en determinadas fechas.
A la hora de definir el calendario de vacaciones, los encargados de su planificación deben compaginar los intereses de la empresa con el derecho de los trabajadores a su disfrute, debiendo, en la medida de lo posible, tener en cuenta las preferencias de los trabajadores.
El problema radica en que las vacaciones alteran la operativa habitual de las organizaciones, por lo que en muchos casos los empresarios y los responsables de recursos humanos de las empresas, tienen que hacer encaje de bolillos para mantener la actividad de la empresa y el servicio a los clientes.